Si tu Mac va muy lento, es que algo está pasando en sus entrañas que no debería estar ocurriendo. No te quepa duda, estos equipos están hechos para rendir fluidamente durante bastantes años. Lo bueno es que existen soluciones que pueden hacerte ver lo que anda mal en tu Mac y que, por lo tanto, te ayudarán a corregir esos errores que están tras la falta de fluidez del equipo. Descubre estas soluciones aquí.
La serie de consejos que vamos a agrupar en este apartado te servirán tanto para macOS Sierra como para High Sierra o Mojave, que son las tres versiones más recientes del sistema operativo de Apple. Esto significa que casi seguro que tienes alguno de estos sistemas en tu ordenador.
Una cosa antes de meternos de lleno con los problemas: da igual que tengas un MacBook, un Mac mini, un Mac Pro o cualquier otra versión de los ordenadores que comercializan los de la manzana, y es que los problemas los vamos a buscar el sistema operativo, no en el hardware. Si quieres también te puede interesar que hacer si se nos queda colgado el Mac instalando una actualización de macOS.
Bien, cuando se lanza una nueva versión de macOS al mercado, esta necesita un tiempo para depurarse. Es más, es posible que sus funciones no estén al 100 % adaptadas a distintos programas o paquetes de software, por lo que seguro que notarás una ralentización del equipo los primeros días.
El problema aparece cuando esta falta de fluidez comienza a extenderse en el tiempo y pasan los días y las semanas sin que haya solución. Hay una forma fácil de ver que esto está ocurriendo: cierra todas las aplicaciones que estés usando y abre el Monitor de Actividad desde Spotlight. Ahora tienes que fijarte en las pestañas de CPU y RAM. La primera no debería superar valores del 20 % o el 30 % mientras que la segunda debe mantenerse en menos de un 50 % de su capacidad.
Si no es así, es posible que hayas interrumpido el proceso de actualización en algunos de sus pasos. Ten en cuenta que la fase de instalación de macOS es más larga de lo que parece. Las aplicaciones tienen que explorar, por ejemplo, tus fotos para indexarlas y el disco duro debe ser analizado al completo.
El consejo que podemos darte aquí es que dejes que tu Mac se tome su tiempo para completar el proceso de actualización o que busques esas aplicaciones que están interfiriendo en su normal desempeño.
Desde el monitor de actividad podrás ver procesos de tipo mds, mds_stores o mdworker. Estos son los encargados de realizar indexaciones complejas tras la actualización. Si están funcionando, es que el proceso aún no ha terminado, así que échale un poco de paciencia y deja que se completen.
La actualización del sistema operativo tiene otro problema: si tu Mac lleva contigo algunos años, seguro que ya ha visto pasar varias actualizaciones de macOS. Pues bien, cada una de ellas va dejando residuos en el disco duro.
¿El problema? Que el nuevo sistema operativo y los restos del antiguo pueden entrar en conflicto creando esos temidos bugs que harán que tu Mac se ralentice sin que puedas hacer nada para evitarlo. Eso si tienes un disco SSD, por que si no deberías pasarte al SSD
Hay pasos intermedios como una limpieza de disco y demás, aunque, la verdad, lo mejor que puedes hacer es optar por una actualización que borre los datos de software de tu equipo o, sencillamente, por un formateo que deje impoluto el disco duro para que la última actualización de macOS no encuentre ningún obstáculo una vez que esté instalado.
Hacer esto es muy sencillo. Lo primero que debes hacer es reiniciar tu Mac y mantener pulsadas las teclas Command y R al mismo tiempo hasta que veas el logo de Apple en la pantalla. Aparecerán algunas opciones entre las que tienes que elegir Reinstalar macOS.
Con esto conseguirás una actualización limpia del sistema. Te aconsejamos que hagas esto si notas problemas o cada cierto tiempo, y es que, a la larga, te ahorrará más de un quebradero de cabeza.
Si eliges la opción conservadora, la de limpiar el disco duro sin llegar a una reinstalación de cero de macOS, hay apps como MacMaster que te pueden ayudar a hacerlo de una forma sencilla.
Como sabrás, los programas de inicio son aquellos que arrancan de forma automática cuando tu Mac se enciende. Aunque no nos demos cuenta, con el tiempo tendemos a acumular muchos de estos programas, y es que a veces se configuran por defecto para arrancar cuando se inicia el ordenador y no cuando lo hacemos nosotros por necesidad.
Pues bien, esto puede hacer que el arranque tu Mac sea toda una pesadilla llegando a desesperarte en más de un momento. Así, si notas que el problema de fluidez de tu ordenador está en el arranque, lo mejor que puedes hacer es tomar soluciones que son tan eficaces como sencillas.
Para administrar los programas de inicio y elegir aquellos que realmente son necesarios debes ir a Preferencias del Sistema y allí seleccionar la pestaña Usuarios y Grupos. Haz clic en tu nombre de usuario y selecciona la opción Ítems de Inicio.
A continuación, verás la lista de todos los programas que arranca al mismo tiempo que tu Mac. Lo único que te queda ahora es comenzar a desactivar aquellos que no sean necesarios dejando solo los que verdaderamente quieras que estén activos en todo momento, algo que te hará recuperar parte de la velocidad de arranque de tu Mac con toda sencillez.
Pero los programas de inicio no son los únicos que pueden estar escondidos tras la falta de rendimiento de tu Mac. Los programas de fondo también son importantes al respecto. Estos son aquellos que tú has ido abriendo durante una misma sesión y que se quedan activos, aunque no los estés usando.
En largas jornadas delante del ordenador, la acumulación de programas de fondo puede llegar a ser importante consumiendo RAM en segundo plano y haciendo lo propio con la CPU.
La solución para este problema pasa por desactivar todos los programas que no estés usando en un momento determinado, algo que puede devolverte los porcentajes de RAM y CPU que tu Mac necesita para ir bien.
Para ello vete a Monitor de Actividad, pulsa la pestaña Aplicaciones y a continuación elige la de Carpeta de Utilidades. Aquí verás una lista de todos los programas y aplicaciones activas en segundo plano. Sí, pueden ser muchas, por lo que solo tienes que hacer clic en el icono X para ir cerrando todas las que no sean necesarias, un proceso sencillo, rápido y muy efectivo para devolver al ordenador su normal funcionamiento.
Sí, el sistema operativo macOS es bastante eficiente, pero lo cierto es que no está pensado para dar una gran versatilidad en lo que a software de otras compañías se refiere. Lo que queremos decirte con esto es que si tienes la opción de usar un programa oficial de Apple, lo hagas.
Esto es lo que sucede con Chrome. Quizás tengas instalado el navegador de Google y notes que tu Mac se ralentiza al abrir varias pestañas. Antes de lanzarte a probar cualquier otro remedio para solucionar el problema, te animamos a que vuelvas a Safari y desinstales Chrome.
Recientemente se ha descubierto que el navegador de Google no está optimizado en absoluto para el ecosistema de Apple, así que crea problemas de gestión de la memoria que podrías solucionar con el simple hecho de volver al navegador nativo que trae tu Mac.
Además tu navegador web puede estar cargado de malware. ¡¡Limpia la caché y las cookies!!
Mac tiene algunas funciones más estéticas que funcionales que pueden terminar por hacer lento el funcionamiento de tu ordenador. Hablamos de la transparencia de las ventanas o las animaciones del sistema operativo.
Si notas que macOS va demasiado lento, puede que sea el momento de deshabilitar estos agradables detalles visuales para ganar en rendimiento.
Para hacerlo solo tienes que dirigirte a Preferencias de Sistema, abrir la ventana de Accesibilidad y elegir el icono Pantalla. Aquí puedes reducir la transparencia y adaptar otros elementos para que consuman menos recursos del hardware de tu ordenador consiguiendo ese extra de rendimiento que el Mac te está pidiendo a gritos.
Este consejo es especialmente útil para modelos de Apple que tienen ya algunos años a sus espaldas. Lo cierto es que la RAM de cada ordenador se monta en un momento determinado teniendo en cuenta las especificaciones del software que exista.
Pero, con el paso de los años, la RAM que antes era suficiente deja de serlo. Si no quieres renovar tu ordenador por entero y deseas dejar de sufrir la falta de fluidez que llevas sufriendo un tiempo y que te ha traído hasta aquí, lo mejor que puedes hacer es ampliar y renovar la RAM de tu Mac.
Apple es un entorno un poco delicado a la hora de cambiar piezas. Por ello, te aconsejamos que te pongas en contacto con el Soporte de Apple para que te digan el modelo exacto de tu Mac y para que te den algunas indicaciones sobre qué tipo de RAM puedes comprar.
Montarla no suele ser complicado, aunque, si no quieres riesgos, lo mejor es confiar en un profesional como nosotros 🙂 Una nueva RAM con mayor potencia y capacidad puede cambiar por completo el funcionamiento de un ordenador haciéndote sentir que te has hecho con uno nuevo, por lo que este consejo deberías tenerlo muy presente si tienes un Mac con algunos años ya.
Estos son solo algunos consejos para que tu Mac recupere su agilidad y rapidez, consejos que forman parte del mantenimiento básico al que tienes que someter a tu ordenador para que este aguante como nuevo durante el mayor tiempo posible.
Ya sabes que para cualquier reparación de Mac estamos a tu disposición, contacta con nosotros para recibir orientación, diagnóstico y/o presupuesto para reparar tu Mac.
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